lunes, 8 de junio de 2015
Sin Amor nada somos
(1Corintios 13:1-3)
Sin amor nada somos, para entender el mensaje de este pasaje precioso debemos comprender el significado de amor en el contexto original.
Amor significa afecto o benevolencia.
Benevolencia es tener buena voluntad, comprensión y simpatía por las demás personas.
Cuando hablo de comprensión no significa aceptar el pecado, sino entender que como personas caídas no debo esperar frutos buenos, sino malos.
No fuimos llamados para ser defensores de la ética, acaso te has olvidado de todos tus pecados, de donde fuiste rescatado, porque tu naturaleza es caída. Las personas necesitan escuchar el evangelio de Cristo, no sermones tuyos y mucho menos cuando lo haces en la carne.
Buena voluntad, es la que hemos alcanzado de Dios aún sin merecer, tal cual los ángeles anunciaron a los pastores cuando se les aparecieron.(Lucas 2:13-14)
Si Dios tuviera que contender con nosotros, desmayaríamos y no quedaríamos de pie, pero hubo buena voluntad y sigue habiendo buena voluntad de parte del Señor.
Muchos andan por ahí hablando como maestros, con palabras cargadas de carne, más que de este amor que las escrituras nos hablan.
Cuan verdad es que el conocimiento envanece, pero el amor edifica.
Muchos conocedores de la escritura están caminando en una cuerda muy débil apunto de quebrarse, porque su orgullo es demasiado pesado.
Este amor mostró Dios para con los hombres, el mismo amor mostró Cristo en su vida aquí en el mundo.
Me refiero principalmente al trato para con aquellos no conversos
Nuestro corazón debe estar lleno de este amor, este sentir que estuvo en Cristo mi Señor.
Es diferente que alguien se ofenda porque lo trato como un estúpido, creyéndome superior, que alguien se ofenda porque reflejo a Cristo en mi vida, realmente hay una diferencia abismal.
Si yo siendo pecador, hallé buena voluntad de parte de Dios, quien soy para tener mala voluntad para con los hombres.
Si entendemos este concepto, podremos entender toda la descripción del amor que continúa en los versículos 4-7 del mismo capítulo.
Cimentado sobre este amor, es que la iglesia sirve al Señor. Fuera de esto, todo es una mentira.
Amarás a tu prójimo, como a ti mismo.
Cuan fácil es pronunciar este mandamiento, pero cuan difícil es vivirlo, porque la carne interfiere, pero los que van avanzando en madurez van dejando cada vez mas lejos solo la palabra y van haciendo realidad este mandamiento en sus vidas, principalmente en su carácter, que producirá buenas obras.
Cada ocasión que te pares delante de un alma, no estés pronto a condenarla marcando lo que hace mal, sino mejor mirate como en un espejo y recuerda que un día el Señor tuvo benevolencia de ti.
Siente un profundo afecto por aquella alma, ora por ella rogando misericordia.
Dios los bendiga.
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