viernes, 14 de abril de 2017

El evangelio, vida eterna

Juan 17: 3:
La vida eterna, es conocer al único Dios verdadero y a Jesucristo quién fue enviado.
El evangelio comienza con Dios, para entenderlo, debemos entender quién es Dios, para que el poder que hay en el evangelio sea una realidad en nuestras vidas y en la vida de aquellos a quienes predicamos, tenemos que entender que todo trata acerca de Dios, de su naturaleza, no se trata del hombre, no se trata de tus asuntos, de tus deseos, sino de Dios. El Señor es santo, él es justo.
Dios no puede violar sus atributos, Él no puede hacer nada que lo contradiga, El es un Dios verdadero, no hay mentira alguna en Él.
Esto es algo muy bueno, sería terrible saber que todo este universo fue creado por un Dios malvado e injusto, como muchos quieren hacer ver por su duro corazón. Es realmente bueno que Dios sea justo, pero después se nos presenta un problema, si Dios es justo, qué hace él con nosotros?
Dios es bueno, nadie piensa en eso más que darle un significado favorable para nosotros, pero en primera instancia comprender esta verdad no es para nada alentadora para nosotros, por qué? Porque nosotros no somos buenos, entonces que tiene que hacer un Dios bueno con personas como nosotros, pecadores?
Hemos pecado contra todo, toda la creación clama por nuestra condenación.
Si Dios perdona al pecador así nomás, entonces el no es justo, si Dios llama a los malvados a compartir con El, entonces no es Santo.
La pregunta que surge de las escrituras es, cómo puede un Dios justo perdonar a los malvados? La respuesta se encuentra en la cruz de Jesucristo, en la cruz vemos una magnífica revelación de la plenitud de los atributos de Dios.
Dios es justo, El tiene que condenarnos por nuestros pecados.
Dios es amor, se convierte en hombre por medio de su Hijo, vive una vida perfecta como hombre y después se dirige a la cruz y en esa cruz los pecados de su pueblo son puestos sobre él y toda la ira de Dios que nosotros merecemos fue puesta sobre la cabeza de Cristo, la cantidad exacta que se requería para satisfacer completamente la justicia de Dios.
Después de sufrir, tomando sobre si los pecados de su pueblo, dijo "Consumado es" esto quiere decir que nuestro Señor hizo todo lo que se requería para satisfacer la justicia de Dios contra su pueblo, él pagó el precio completamente.
Esto es muy importante entender, no solo nuestros pecados fueron simplemente perdonados, porque sufrió en manos de los Romanos y lo clavaron en una Cruz.
En esa Cruz le fueron imputados nuestros pecados y le pareció bien al Padre quebrantarlo (Isaías 53:10). Todo el peso de la justicia de Dios que debería haber caído sobre mí, sobre ti, cayó sobre su único hijo y lo sufrió completamente, el pagó el precio. El murió y al tercer día resucitó.
Ahora él está sentado a la derecha del Padre, y no hay otro nombre, ningún otro nombre en cualquier parte del mundo dado a los hombres en el cual podamos ser salvos, excepto por el nombre de Jesucristo.
No estamos hablando nada que no esté escrito, pero realmente es grande la masa que está batallando contra el Señor, adormeciendo y matando a miles de almas, porque muy por alto, allá desde muy lejos y casi en un susurro inaudible, se dice "Cristo murió por tus pecados", se habla fugazmente, que las almas no alcanzan a entender, pareciera que están hablando de un animal sin valor que un día fue sacrificado vaya a saber por qué motivo.
Porque ese espíritu de error, tiene como propósito lo mismo del inicio, engañar al hombre, seduciéndolo en uno de los pecados más grande que tiene, la autosuficiencia, el quiso y quiere ser protagonista, hay un evangelio falso para esto.
Para ser salvos la Biblia llama a todo hombre a que se arrepienta y crea en el Evangelio.
Arrepentirse significa mucho más que una transformación de la mente, cuando se habla de la mente en las escrituras, se está hablando del centro de control de nuestra voluntad, nuestro intelecto, nuestra voluntad.
Un ejemplo de arrepentimiento es el Apóstol Pablo, él pensaba antes que Jesús era el hombre más blasfemo que camino en este mundo y que la iglesia cristiana era la secta más peligrosa de este mundo y merecían ser destruidos.
Pero cuando Jesús le apareció y él se convirtió, su mente dio un vuelco de 180 grados, ahora el pensaba y reconocía que Jesús era el Hijo de Dios y el Mesias. Ahora el pensaba y estaba convencido que la iglesia cristiana era el pueblo santo de Dios.
El tuvo por basura todo lo que antes consideraba ganancia, su mente cambió, el se dio cuenta que toda su realidad estaba errada, hasta su realidad acerca de Dios.
Su mente cambió y todo lo demás cambió en conjunto, apenas fue bautizado, comenzó a predicar el evangelio y a ser perseguido por la fe que antes tanto perseguía.
Arrepentirse es darnos cuenta que nuestra manera de pensar, nuestra realidad de ver las cosas y de nuestra realidad acerca de Dios mismo está errada. Después de ver la verdad de Dios, (a esa verdad se refería el Señor Jesús cuando dijo "Conocerán la verdad y la verdad los hará libre") y someternos a ella podemos ser salvos.
¿Cuál es esa verdad?
La verdad de quien eres tu, quién es Jesús y lo que Él ha hecho en la Cruz por ti. Esta verdad la han reducido a una mentira, donde colocan al hombre en el centro de todo.
Ahí está el poder del Evangelio que salva! Nos gozamos en llevar esta preciosa verdad!
¿Te has arrepentido? ¿Ha cambiado tu manera de pensar? ¿Tu voluntad a cambiado?
Después de entender el sacrificio de Jesús, no debe quedar en ti ni una pisca de dudas respecto a tu verdadera condición y respecto a que Jesús es tu única esperanza.

No hay comentarios: